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El bruxismo, rechinar o apretar involuntariamente los dientes con excesiva frecuencia y fuerza, es una enfermedad que afecta a todos los grupos de edad y sexo.

Uno de los aspectos más sorprendentes es su alta incidencia, ya que se estima que el 70% de la población rechina los dientes. Y es que, se ha demostrado que nuestro ritmo de vida actual favorece la aparición de esta patología.

Tanto es así, que últimamente en las consultas de los dentistas se tratan casi menos caries que consecuencias del bruxismo.

Por eso en la Clínica Dental Elena Bocage de Las Arenas, queremos compartir contigo todo lo que se sabe sobre esta patología y cómo paliar sus efectos.

¿Cuándo ocurre el bruxismo?

Como ya hemos mencionado, el bruxismo es una acción involuntaria que resulta más común por la noche, mientras dormimos.

Aunque precisamente por ello suele pasar desapercibido, muchas personas son capaces de reconocer al despertar si han rechinado los dientes durante la noche al presentar dolor muscular y/o tensión en mejillas, cuello y sienes.

Aunque menos común, también existe el bruxismo diurno. Según un estudio publicado por la Asociación Odontológica de España, el bruxismo diurno está especialmente relacionado con situaciones de tensión o estrés psicosocial. Algunos de los ejemplos más comunes de bruxismo diurno suceden al conducir un automóvil, trabajar frente al ordenador, e incluso, relajarse frente al televisor.

¿Cuál es la causa del bruxismo?

A día de hoy no se ha identificado una causa única y universal del bruxismo. Se considera una enfermedad multifactorial, es decir, que existen varios factores que influyen en su aparición.

Sin embargo, algo en lo que todos los estudios coinciden es que el estrés es la principal causa de esta patología.

A lo largo de nuestra vida, todos nos hemos enfrentado a situaciones estresantes y una de las formas que utiliza el cuerpo para liberar la tensión acumulada es apretando los dientes y contrayendo los músculos masticadores. Y si esta situación estresante se cronifica, hay muchas posibilidades de que acabemos sufriendo bruxismo.

Además del estrés, otros factores que se ha demostrado que favorecen la aparición del bruxismo son: mala calidad y/o escasez de sueño, desarrollo excesivo de la musculatura masticatoria, ausencia de piezas dentales, dolores musculo-articulares o hábitos patológicos como morder los bolígrafos, mordese la uñas, masticar chicle compulsivamente…

¿Cómo puedo saber si yo mismo sufro de bruxismo?

Aunque el bruxismo es involuntario, muchas personas son conscientes de rechinar los dientes. De hecho, existen ciertos signos y síntomas que pueden ayudarnos a detectar que padecemos bruxismo. Entre los más comunes se encuentran:

  • Dolor muscular al despertar.
  • Tensión en mejillas, cuello y sienes.
  • Dolor de cabeza.

Además de esto, y aunque el diagnóstico definitivo lo debe realizar un dentista, el bruxismo también afecta a nuestra boca de la siguiente manera:

  • Los dientes marcan a los lados de la lengua.
  • Se percibe un incremento de la sensibilidad dental.
  • Se producen fracturas dentales.
  • Aparecen llagas en las comisuras de la boca.
  • Sequedad en la boca
  • Caries e infecciones.

De todas formas, es importante recalcar que ninguno de estos factores es exclusivo del bruxismo. Por eso, como indicábamos más arriba, deberá ser siempre un profesional quien los analice para llegar a un dictamen de bruxismo.

Bruxismo en adultos

Existen dos tipos de desgaste dental: el desgaste fisiológico y el desgaste patológico.

El desgaste fisiológico es el desgaste del diente provocado por el funcionamiento normal del mismo, que será más o menos importante dependiendo de la edad del paciente.

Por otro lado, el desgaste patológico es el desgaste que no se corresponde con la edad del paciente y que muestra una actividad excesiva de los músculos masticatorios. Dependiendo de si el desgaste dental se debe a una situación fisiológica o patológica, el odontólogo abordará el tratamiento de forma preventiva o reparadora.

Bruxismo en personas jóvenes

El bruxismo en personas jóvenes suele comenzar en la adolescencia, entre los 17 y 20 años.

Al igual que en los adultos, la principal causa del bruxismo en etapas tan tempranas de la vida es el estrés. Por eso es muy importante diagnosticar y prevenir el bruxismo juvenil en una etapa temprana, porque el desgaste excesivo puede comprometer en gran medida la calidad de vida durante muchos y muchos años.

Tratamientos para el bruxismo

Dependiendo del grado de desgaste y de la edad del paciente, el tratamiento del bruxismo será o un enfoque preventivo (evitando el desgaste futuro y fortaleciendo los dientes) o un enfoque rehabilitador (obteniendo una oclusión estable y reconstruyendo los dientes desgastados).

Si hablamos del enfoque preventivo, la opción más conocida de todas es la llamada férula de Michigan o “de descarga”. Un aparato dental para usar por las noches al irse a la cama, que se asemeja a los protectores bucales que se usan para hacer deporte.

La principal diferencia es que el protector bucal está fabricado con una resina dura y resistente al desgaste que solo se adapta a los dientes del paciente, ya que se hace a medida.

Además de actuar como una barrera física que evita el desgaste al apretar los dientes, también puede ayudar a relajar músculos, ligamentos y articulaciones, reduciendo la fuerza ejercida de forma inconsciente.

Al realizarse a medida, estas férulas suelen realizarse en dos fases: una primera sesión de moldeado y una segunda sesión de entrega y ajuste.

Si crees que tú también puedes sufrir bruxismo, no dudes en contactar con nosotros. En la Clínica Dental Elena Bocage de Las Arenas estaremos encantados de atenderte.

 

 

 

 

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