¿Alguna vez te has cepillado los dientes y has visto un poco de sangre en el lavabo? ¿Y al usar hilo dental o incluso al comer algo duro?
No te asustes: se trata de algo muy común. Ahora bien, que el sangrado de encías sea algo habitual no significa que sea normal.
Y, aunque muchas personas lo dejan pasar o piensan que “se me habrá irritado un poco”, la realidad es que las encías sangran por un motivo… y conviene buscar la causa.
Por eso en este artículo del blog de la Clínica Dental Elena Bocage de Las Arenas, queremos ayudarte a entender por qué ocurre, cuándo debes prestarle más atención y qué puedes hacer para evitar que vaya a más.

¿Es normal que sangren las encías?
Aunque mucha gente lo vive como algo cotidiano, como ya hemos dicho no es normal.
Y es que, una encía sana: (1) no sangra, (2) no está hinchada, (3) no duele (4) y debe presentar un color rosado uniforme.
Cuando sangra, incluso si es poquito, significa que la encía está inflamada… y esa inflamación es reversible si se trata a tiempo, pero también puede avanzar hacia problemas más serios si no se controla.
¿Por qué sangran las encías?
El motivo más frecuente de sangrado es la gingivitis, una inflamación de las encías causada por la acumulación de placa bacteriana: cuando la placa se queda en la línea de la encía, el tejido se irrita, se inflama… y sangra con mucha facilidad incluso con un cepillado suave.
Pero esta no es la única causa posible. Las encías también pueden sangrar por…
1. Cepillado demasiado fuerte: Usar un cepillo duro o ejercer mucha presión irrita la encía, que se inflama y favorece el sangrado.
2. Falta de limpieza interdental: Entre los dientes se acumula placa con facilidad. Si no usamos hilo dental o cepillos interdentales, la encía en esa zona suele ser la primera en sangrar.
3. Cambios hormonales: Embarazo, adolescencia o menstruación pueden aumentar la sensibilidad y la inflamación gingival.
4. Nutrición deficiente: Especialmente la falta de vitamina C.
5. Tabaco: Oculta el sangrado pero empeora la inflamación.
6. Prótesis, empastes o aparatos: Su roce puede irritar la encía y/o dificultar la higiene.
7. Medicación o condiciones generales: Algunos fármacos pueden aumentar la tendencia al sangrado.
“Solo me sangran cuando uso hilo dental”
Muchas personas piensan que el hilo dental “les hace daño” o “no les va bien” porque al usarlo les sangran las encías.
Pero es todo lo contrario: si sangran, es porque esa zona ya estaba inflamada antes de usarlo.
También suele pasar que cuando se empieza a limpiar entre los dientes a diario, lo normal es que sangren los primeros días, aunque a medida que la encía se desinflama, el sangrado disminuye e incluso desaparece.
Si después de una semana sigue ocurriendo, sí que conviene revisarlo.

Señales de que tus encías necesitan atención
Aunque el sangrado es el síntoma más evidente de una gingivitis, no es el único. Pueden aparecer también:
- Encías rojas o inflamadas
- Mal sabor de boca o halitosis
- Sensibilidad al frío
- Retracción (los dientes parecen más largos)
- Sangrado espontáneo
- Molestias al masticar
- Sangrado alrededor de implantes (muy importante de vigilar)
Cuantas más señales aparecen, más necesario es actuar con prontitud.
Cómo dejar de sangrar: medidas que funcionan
La buena noticia es que, en la mayoría de los casos, el sangrado de las encías mejora con cambios sencillos en la higiene diaria:
1. Cepíllate con suavidad: Con un cepillo suave y movimientos circulares. No hace falta apretar: apretar desgasta e irrita.
2. Limpia entre los dientes cada día: Ya sea con hilo dental o cepillos interproximales (especialmente si hay espacios).
3. Utiliza un colutorio sin alcohol: Los colutorios suaves con flúor pueden ayudar a desinflamar sin irritar.
4. Reduce el azúcar y los alimentos pegajosos: Favorecen la acumulación de placa.
5. Evita el tabaco: Es uno de los grandes enemigos de las encías.
Si después de seguir estas recomendaciones el sangrado mejora en unos días, lo más probable es
que la causa de la inflamación fuera la placa bacteriana. Ahora bien, si no mejora o aparece con mucha frecuencia, conviene profundizar un poco más en el origen.
¿Cuándo debo preocuparme?
El sangrado de encías es fácil de controlar en fases iniciales, pero en fases avanzadas puede indicar periodontitis, una enfermedad más compleja que afecta al hueso. Por eso, debes pedir una cita de inmediato con tu dentista si sufres algunos de los siguientes síntomas:
- Las encías sangran incluso sin cepillarte.
- El sangrado es persistente.
- Notas retracción o espacios nuevos entre dientes.
- Llevas implantes y sangra la encía de esa zona.
- Hay dolor, pus o movilidad dental.
Cómo evitar que vuelva a aparecer
Una vez se ha eliminado el sangrado, la prevención pasa por una rutina de higiene constante y efectiva:
- Cepillarte dos o tres veces al día.
- No olvidar la higiene interdental.
- Usar pastas poco abrasivas con flúor.
- No morder hielo, uñas o bolígrafos.
- Realizar revisiones periódicas.
- Mantener una dieta equilibrada.
RESUMIENDO…
El sangrado de encías no es normal: es un aviso de inflamación y merece atención, aunque sea leve.
Con buenos hábitos de higiene y una valoración profesional si es necesario, puedes recuperar unas encías firmes, sanas y sin sangrado.
En la Clínica Dental Elena Bocage de Las Arenas podemos ayudarte a mantener tu sonrisa fuerte, cuidada y libre de molestias. Si tus encías sangran, pídenos cita hoy mismo.