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La endodoncia constituye uno de los procedimientos más comunes en la odontología moderna preventiva. Su objetivo principal es salvar dientes que, de no tratarse, acabarían siendo extraídos por infecciones o daños severos en el nervio.

En la Clínica Dental Elena Bocage de Las Arenas, creemos que cuanto más sepas sobre tu salud bucal, mejores decisiones podrás tomar.

Aunque muchas personas relacionan la endodoncia con el conocido «tratamiento de conducto», en realidad existen muchos tipos según el tipo de diente y la complejidad del caso. Por eso, hoy te explicamos qué es exactamente una endodoncia y cuáles son los diferentes tipos.

¿Qué es una endodoncia?

La endodoncia se realiza cuando el interior del diente, lo que llamamos “pulpa dental”, está muy dañada ya sea por una caries profunda, un traumatismo o una fractura. Esa parte suave del diente contiene nervios y vasos sanguíneos. Cuando esta zona se inflama o infecta, no queda otra que retirarla.

El procedimiento consiste en limpiar muy bien los conductos del diente (radiculares), desinfectarlos y rellenarlos con materiales específicos que previenen futuras infecciones. Finalmente, el diente se sella, y en muchos casos se pone una corona para reforzarlo, especialmente si está debilitado.

Tipos de endodoncia según el tipo de diente

No todos los dientes son iguales, ni en forma ni en número de raíces. Por eso, no todas las endodoncias se tratan de la misma forma. Todo esto influye en el método de tratamiento.

Endodoncia unirradicular

Este tipo se realiza en dientes que tienen una sola raíz y un solo conducto, como los incisivos o los colmillos (caninos), tanto en la parte superior como en la inferior. Es la forma más simple y rápida de endodoncia, porque solo hay que tratar un conducto. Suele hacerse en los dientes frontales, especialmente en personas jóvenes que han sufrido caries profundas o traumatismos.

Endodoncia birradicular

Aquí hablamos de dientes que tienen dos raíces o una raíz con dos conductos diferenciados Este tratamiento ya requiere un poco más de precisión porque hay que trabajar cada canal por separado, asegurándose de que queden bien limpios y sellados.

Aunque es un poco más complejo que la unirradicular, sigue siendo bastante habitual especialmente en los premolares superiores.

Endodoncia multirradicular

Se trata de los molares, que suelen tener tres o más conductos, y cuya anatomía interna puede ser bastante complicada. A veces los conductos son curvos, estrechos, o incluso tienen ramificaciones.

Por eso, para este tipo de endodoncia se necesita tecnología avanzada: microscopios, lupas, sistemas rotatorios y mucha experiencia por parte del especialista. No es que sea imposible, pero sí requiere más tiempo y precisión.

Reendodoncia

Se lleva a cabo cuando un tratamiento endodóntico anterior ha fallado. A veces el dolor no desaparece, o incluso el diente se fractura. En esos casos, es necesario realizar una reendodoncia, es decir, repetir el tratamiento.

Es un procedimiento más delicado porque hay que quitar el material viejo, volver a limpiar todo y sellar otra vez los conductos. Se necesita un buen diagnóstico previo y algo más de tiempo que una endodoncia inicial, pero suele ser la mejor opción para evitar la extracción del diente.

Endodoncia en dientes temporales

Los niños también pueden necesitar tratamientos de endodoncia. Cuando una caries afecta el nervio de un diente de leche, hay que actuar para evitar infecciones y molestias. La idea es mantener el diente de leche el mayor tiempo posible, hasta que caiga de forma natural.

Esto es muy importante porque los dientes temporales ayudan a mantener el espacio para los dientes permanentes y a guiar su correcta posición en el futuro. Así que, aunque sean “de leche”, hay que cuidarlos.

¿Cuándo se necesita una endodoncia?

Buena pregunta. Aquí te dejamos los síntomas más comunes que podrían indicar que necesitas una:

  • Caries profunda que ha llegado al nervio
  • Dientes que se han roto por un golpe o mordida fuerte
  • Infección o absceso (hinchazón con pus)
  • Dolor fuerte al masticar o al tocar el diente
  • Sensibilidad extrema al frío o al calor
  • Dolor constante o que aparece de repente

Si notas alguno de estos síntomas, lo mejor es que no esperes en absoluto. Ignorar estos síntomas puede llevar a infecciones más graves, pérdida de hueso o incluso tener que extraer el diente…

En resumen, cada intervención bucal se debe planificar de forma personalizada, ver con más detalle la anatomía del diente y asegurarse de que todo el proceso se haga con el menor riesgo posible. Hoy en día, la odontología ha avanzado muchísimo. Con herramientas como radiografías digitales, escáneres 3D y microscopía dental, los tratamientos son mucho más precisos y menos invasivos que hace unos años.

En la Clínica Dental Elena Bocage de Las Arenas, contamos con un equipo especializado en endodoncia que utiliza tecnología de última generación para ofrecerte tratamientos cómodos, eficaces y con resultados duraderos.

Si tienes molestias o te han dicho que podrías necesitar una endodoncia, no lo dejes pasar. ¡Un diente salvado a tiempo puede durarte toda la vida!