Para muchos niños y niñas ir al dentista puede generar nervios o, directamente, rechazo.
Sin embargo, es imprescindible cuidar desde muy jóvenes de la salud bucodental de los peques… y por eso es tan importante que las primeras visitas al dentista sean una experiencia positiva. Algo que les puede marcar para toda su vida.
Y es que, la primera revisión debe hacerse alrededor del primer año de vida o cuando aparezca el primer diente ya que, aunque parezca pronto, esta visita temprana ayuda a detectar precozmente posibles problemas y, sobre todo, es muy beneficiosa para que el niño se familiarice con el entorno de una consulta dental desde una edad muy temprana.
En Clínica Dental Elena Bocage de las Arenas somos muy conscientes de ello y por eso hemos preparado estos consejos para hacer que las primeras visitas al dentista sean lo más agradables posible.
¿Por qué tienen miedo los niños al dentista?
Antes de poder dar algunos consejos, es muy importante comprender qué es lo que hace que los niños tengan miedo al dentista al desarrollar una ansiedad anticipatoria. Es decir, que temen algo que todavía no ha ocurrido, pero que imaginan como amenazante. Las razones principales suelen ser:
- Miedo a lo desconocido. Muchos niños no saben exactamente qué pasa en la consulta. Ven un sillón extraño, instrumentos brillantes y sonidos fuertes. Lo desconocido activa en ellos la alerta.
- Sensación de falta de control. Estar tumbados en una camilla, con alguien revisando su boca, les hace sentirse vulnerables. No pueden hablar bien ni decidir lo que ocurre, lo cual genera ansiedad.
- Asociaciones con dolor. Incluso sin haber tenido experiencias negativas, escuchan a adultos decir cosas como “me dolió” o “qué pesadilla ir al dentista”. Eso influye mucho en su expectativa.
- Reacciones de los padres. Los niños son muy sensibles al lenguaje no verbal. Si los padres transmiten nerviosismo o hablan del dentista como algo malo, ellos lo aprenden y replican esa emoción.
- Sensibilidad propia del desarrollo. En la infancia, los ruidos fuertes, los olores y las sensaciones físicas son percibidos con más intensidad. Por eso la experiencia dental puede vivirse como invasiva.
- Experiencias previas negativas. Si en la primera visita hubo dolor o incomodidad, el niño puede generalizar esa experiencia y desarrollar una fobia dental.
Como puede verse, en definitiva, el miedo surge de una mezcla entre lo desconocido, la pérdida de control, las expectativas de dolor y el modelado de los adultos. Por eso la actitud de estos últimos es clave para prevenir ese miedo.
8 consejos para que la visita al dentista de menos miedo
Aquí presentamos una serie de consejos y tácticas a seguir para intentar que nuestros peques pierdan el miedo a ir al dentista:
- Habla en positivo
Se debe evitar usar palabras como «dolor», “aguja”, «pinchazo», o «miedo». En su lugar, lo que hay que hacer es explicarle al niño que el dentista es alguien que ayuda a tener los dientes fuertes y/o limpios… y hacerlo utilizando términos suaves y amigables. - Juega a ser dentistas en casa
Para ello puedes usar un peluche o muñeco y simular una revisión dental. Así, el niño entenderá lo que va a ocurrir en un ambiente distendido y divertido mientras juega. - Léele cuentos o ver vídeos infantiles
Hay historias pensadas para normalizar la visita al dentista, donde los personajes van y se lo pasan bien. Eso genera curiosidad en vez de temor. - Elige una clínica dental con trato infantil
No todas las clínicas están preparadas para tratar con niños. Busca una donde se sientan cómodos y haya profesionales con habilidades para tratar con niños. - Ir en familia
Si el niño ve a un hermano mayor o a los padres entrar tranquilos al dentista, aprenderá que no es algo peligroso. Si os ve tranquilos, él también lo estará. - Haz de la visita una experiencia positiva
No ofrezcas recompensas grandes por ir al dentista, ya que generalmente basta con reconocer el esfuerzo. Pero sí puedes planear algo agradable después (ir al parque, comer un helado, leer su cuento favorito, etc.). También ayuda que la primera visita sea para algo muy sencillo sin intervenciones molestas, como puede ser una revisión. - Permítele llevar su juguete favorito
Un peluche, una mantita o algo familiar puede darle seguridad durante la consulta. - Haz revisiones regulares, no solo cuando hay dolor
Así, asociará el dentista con una rutina de cuidado, no con un lugar al que se va solo cuando algo va mal.
En nuestra clínica, ¡los más pequeños son los grandes protagonistas!
En Clínica Dental Elena Bocage de las Arenas, sabemos cómo tratar con niños y explicarles lo que ocurre de forma cercana y adaptada a su edad para convertir la visita al dentista en un momento agradable y educativo.
¿Tu hijo o hija aún no ha venido al dentista?
Pide ya tu primera cita y empecemos juntos a cuidar de su sonrisa.