Los implantes dentales destacan por ser una de las mejores soluciones para reemplazar piezas perdidas.
Sin embargo, muchos pacientes reciben una respuesta decepcionante cuando preguntan por este tratamiento: “Lo sentimos, pero no cuentas con suficiente hueso para colocar el implante”.
Por suerte, gracias a los avances en la odontología, hoy en día hay muchas probabilidades de que esa respuesta negativa pueda acabar convertida en la promesa de una dentadura funcional y una sonrisa completa.
Gracias a nuestra amplia experiencia en implantes, en Clínica Dental Elena Bocage de las Arenas, estamos al tanto de las últimas novedades en este aspecto y por eso en el artículo de hoy de nuestro blog, vamos a proporcionarte amplia información sobre los implantes dentales.
¿Qué significa tener una baja densidad ósea?
Tener una baja densidad ósea significa que el hueso alveolar, que sostiene las raíces de los dientes, ha perdido volumen. Algo que puede suceder por varios motivos y cuyas causas más comunes son:
- Haber perdido un diente y no haberlo reemplazado pronto.
- Enfermedades como la periodontitis (problemas en las encías).
- Golpes o traumatismos.
- Osteoporosis u otros problemas de salud.
- Edad avanzada.
Cuando un hueso pierde altura o grosor, se define este estado como “reabsorción ósea”… que en casos graves, vuelve muy complicada la opción de un implante, a no ser que se lleven a cabo algunas estrategias de preparación.
¿Es posible colocar implantes en situaciones de escasa densidad ósea?
La respuesta breve es sí; en muchas ocasiones es posible pero requiere de un estudio cuidadoso, acompañado de un plan adaptado a cada paciente y, en ciertos casos, tratamientos extra.
Y es que, gracias a la tecnología actual, los implantes dentales ya no son solo de aquellos con una estructura ósea “perfecta”.
Estas son las principales opciones disponibles:
1. Injerto óseo: reconstruyendo la base
Cuando no hay suficiente hueso, se puede regenerar el mismo colocando un injerto óseo (que puede ser del propio paciente, sintético o biocompatible).
Después de un tiempo de cicatrización, que puede estar entre 4 y 9 meses, el hueso injertado se integra con el hueso natural, proporcionando una base sólida para el implante.
Esta técnica es un procedimiento seguro y se utiliza sobre todo cuando el paciente ha estado sin dientes durante mucho tiempo.
2. Elevación del seno maxilar: indicada para casos en el maxilar superior
En la parte trasera del maxilar superior (zona de los molares), puede ser complicado colocar implantes ya que no hay espacio por estar demasiado cerca del seno maxilar (un hueco sobre los molares).
En estos casos, se emplea la técnica de elevación del seno, conocida también como «sinus lift», que consiste en elevar con cuidado la membrana del seno maxilar y añadir material óseo por debajo para que se integre el hueso natural.
Después de algunos meses, se podrá colocar el implante con total confianza.
3. Implantes cortos o ultracortos
Una opción cada vez más popular es el uso de implantes más cortos, que pueden colocarse con poca altura ósea y no requieren de injertos.
Gracias a los avances en diseño y materiales, estos implantes resultan muy exitosos, incluso en situaciones complicadas.
Además, son una gran opción para personas mayores o para los que prefieren procedimientos más simples.
4. Implantes cigomáticos: la solución para casos extremos
Cuando se pierde la mayoría de hueso maxiliar, los implantes cigomáticos pueden ser la mejor opción.
Estos implantes, que son más largos que los normales, se fijan directamente en el hueso del pómulo (hueso cigomático), que generalmente se conserva mejor incluso en pacientes con osteoporosis u otras enfermedades.
Este tratamiento es más completo, requiere de profesionales y una planificación detallada, pero ofrece excelentes resultados, estéticos y funcionales, incluso en casos donde antes no había solución.
¿Cómo elegir el tratamiento adecuado?
Cada paciente y caso son únicos; por eso siempre debe hacerse un estudio personalizado para saber si un paciente puede recibir implantes o no.
Estos son los pasos que habitualmente se siguen:
- Evaluación clínica y radiológica
- Tomografía computarizada en 3D
- Estudio de la calidad y cantidad del hueso
- Revisión del historial médico y antecedentes
- Expectativas realistas y cuidados necesarios
Hay que tener en cuenta que, en los casos donde se necesite de un injerto óseo, el proceso puede llevar más de tiempo que la simple realización de un implante convencional.
Ahora bien, aunque es un proceso que necesita mucho tiempo de cicatrización, cuidados y revisiones periódicas los resultados merecen totalmente la pena.
Eso sí, una vez colocados es muy importante cuidar los implantes. Por eso, mantener una muy buena higiene, acudir regularmente al dentista y abandonar hábitos, como por ejemplo fumar, son pasos fundamentales para mantener el resultado a largo plazo.
RESUMIENDO: tener poco hueso ya no es un problema para colocar implantes dentales.
Gracias a los avances en odontología, hoy en día hay soluciones seguras y eficaces incluso en las situaciones más complicadas.
¿Te ha quedado alguna duda? Llámanos a la Clínica Dental Elena Bocage de Las Arenas y estaremos encantados de resolvértela y ayudarte a recuperar tu sonrisa.
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