La intolerancia a la lactosa es una enfermedad que afecta a un gran porcentaje de personas.
De hecho, se estima que alrededor del 65% de la población mundial tiene alguna forma de intolerancia a la lactosa después de la infancia; un porcentaje que, en el norte de Europa, se sitúa alrededor del 5-20%, mientras que en el sur de Europa puede afectar al 50% de la población.
Se trata, por lo tanto, de una enfermedad que tiene gran prevalencia en la población en nuestro país.
Por eso en el artículo de hoy de la Clínica Dental Elena Bocage de Las Arenas vamos a estudiar esta enfermedad desde la perspectiva del impacto que puede tener en la salud dental.
Sin embargo, antes de continuar es importante definir correctamente lo que es la intolerancia a la lactosa y por qué se produce.
¿Qué es la intolerancia a la lactosa?
La intolerancia a la lactosa se define como una afección digestiva causada por la incapacidad del organismo para digerir la lactosa, un tipo de azúcar que se encuentra en la leche y otros productos lácteos.
Para realizar un diagnóstico, el médico realizará alguno de estos procedimientos:
(1) Prueba de tolerancia a la lactosa: mide la respuesta del cuerpo después de ingerir una dosis de lactosa.
(2) Prueba de hidrógeno en el aliento: mide la cantidad de hidrógeno en el aliento después de consumir lactosa. Altos niveles de hidrógeno indican que la lactosa no se está digiriendo completamente.
(3) Prueba de acidez en las heces: utilizada principalmente en niños, mide el ácido en las heces que resulta de la fermentación de lactosa no digerida.
¿Qué causa la intolerancia a la lactosa?
Se dice que alguien tiene intolerancia a la lactosa cuando su intestino delgado es incapaz de producir suficiente lactasa, una enzima necesaria para descomponer la lactosa en glucosa y galactosa, dos azúcares más simples que pueden ser absorbidos en el torrente sanguíneo.
La intolerancia a la lactosa puede ser primaria o secundaria:
La intolerancia primaria a la lactosa, es la más común y se desarrolla con la edad cuando la producción de lactasa disminuye de forma natural después de la infancia.
La intolerancia secundaria a la lactosa suele ser el resultado de una enfermedad o lesión que afecta el intestino delgado, como la enfermedad celíaca, la enfermedad de Crohn, infecciones intestinales o cirugía intestinal.
¿Cuáles son los síntomas de la intolerancia a la lactosa?
La falta de descomposición de la lactosa, desencadena diversos síntomas a nivel gastrointestinal.
Estos, que generalmente aparecen entre 30 minutos y 2 horas después de consumir alimentos o bebidas que contienen lactosa, suelen incluir: distensión abdominal, dolores o calambres abdominales, flatulencias, diarrea, náuseas…
Unos síntomas muy agresivos en el sistema digestivo, que también pueden afectar a la salud dental.
El impacto de una dieta sin lactosa la salud dental
El calcio y la vitamina D son nutrientes esenciales para nuestro organismo que están presentes en los productos lácteos: ambos son muy importantes para el desarrollo y completo mantenimiento de huesos y dientes.
Y si nos centramos en la salud bucodental, estas son las principales consecuencias negativas que tienen la ausencia de estos componentes:
- El calcio es un mineral de gran influencia para el desarrollo y la resistencia del esmalte dental. Ante su ausencia, el esmalte es más susceptible al desgaste y a la aparición de caries.
- La falta de calcio hace que las piezas dentales sean más propensas a daños y fracturas.
- La ausencia de vitamina D puede interferir en la cicatrización de heridas en la boca, algo que puede ser contraproducente de cara a la realización de tratamientos dentales o quirúrgicos.
- La falta de calcio y vitamina D en los niños, afecta negativamente el desarrollo de la dentadura permanente, por lo que son más susceptibles de sufrir problemas dentales en el futuro
- Asimismo, el hueso alveolar puede verse afectado por la carencia de vitamina D y calcio provocando la caída o el deterioro de los dientes.
Por estos motivos, es necesario que las personas intolerantes a la lactosa encuentren fuentes alternativas de estos nutrientes para evitar complicaciones debidas a la deficiencia de lactosa.
¿Cómo se puede obtener calcio y vitamina D siendo intolerante a la lactosa?
Las opciones más habituales para obtener calcio y vitamina D sin necesidad de ingerir lactosa, son:
- Productos deslactosados: representan la primera opción ya que son de fácil digestión y ofrecen los mismos nutrientes sin causar efectos gastrointestinales negativos.
- Suplementos ricos en calcio y la vitamina D: el mercado actual ofrece una amplia gama de suplementos ricos en estos nutrientes.
- Alimentos enriquecidos: existen una gran variedad de alimentos (como zumos de naranja, cereales y leches vegetales de almendra, soja o arroz) que están enriquecidos con calcio y vitamina D.
Además de lo mencionado, también existe la opción de usar suplementos de lactasa que puedan ayudar a digerir la lactosa en los productos lácteos.
Si crees que puedes ser intolerante a la lactosa, no dudes en visitar a tu médico de cabecera… Es un consejo de las profesionales de la Clínica Dental Elena Bocage de Las Arenas.
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