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El hábito de morderse las uñas, conocido médicamente como onicofagia, es una práctica común entre muchas personas, que a menudo lo hacen de manera involuntaria, especialmente durante episodios de ansiedad, estrés o aburrimiento.

Si bien frecuentemente se le considera simplemente un mal hábito, sus repercusiones van más allá de afectar a las uñas, pudiendo influir de manera significativa en la salud bucal.

Por eso desde la Clínica Dental Elena Bocage de Las Arenas queremos alertarte sobre cómo este hábito aparentemente benigno puede perjudicar a tu dentadura y qué pasos puedes seguir para cuidar tu sonrisa.

Consecuencias de morderse las uñas

Morderse las uñas puede tener consecuencias negativas tanto a corto como a largo plazo, dando lugar a problemas dentales serios. Algunos de los más comunes son:

Desgaste del esmalte dental

Esta es una de las consecuencias más evidentes, y es que los dientes, al ser utilizados de forma continua para morder y romper superficies duras como las uñas, sufren un desgaste significativo del esmalte dental.

Y recordemos que este esmalte es la capa externa más resistente del diente, encargada de protegerlo de bacterias y daños físicos… ¡que no tiene capacidad de regeneración!

Por eso su pérdida es irreversible y, además de exponer los dientes a un mayor riesgo de desarrollar caries, puede incrementar la sensibilidad dental a los cambios de temperatura, causando molestias al consumir alimentos fríos o calientes.

Fracturas y microfisuras en los dientes

Las uñas son estructuras duras que requieren una considerable presión para poder ser dañadas, y los dientes no están diseñados para realizar esta función. Por tanto, forzarlos regularmente a cortar o morder algo tan resistente, puede tener como consecuencia la formación de microfisuras en su superficie.

Con el tiempo, estas pequeñas fisuras se pueden expandir hasta convertirse en fracturas más significativas, lo que debilita la estructura dental y eleva el riesgo de fracturas.

Problemas en las encías

Al morderse las uñas, los bordes irregulares de estas pueden tocar las encías, lo que ocasiona pequeños traumatismos en los tejidos. Aunque sean mínimos, estos traumatismos pueden llegar a inflamarse, lo que incrementa la vulnerabilidad a infecciones.

Asimismo, el traslado de bacterias de las uñas a la boca puede provocar la inflamación de las encías y facilitar el desarrollo de enfermedades periodontales.

Problemas de maloclusión y desplazamiento dental

El hábito de morderse las uñas genera una presión constante y anormal sobre los dientes, sobre todo en los incisivos tanto superiores como inferiores. Esto puede provocar un mal alineamiento dental, conocido como maloclusión.

Con el paso del tiempo, este hábito podría incluso desplazar los dientes de su posición natural, ocasionando complicaciones en la mordida. Este desajuste puede dar lugar a dificultades al masticar, un desgaste desigual de los dientes y un aumento de la necesidad de tratamientos ortodónticos.

Riesgo de infecciones

Las manos y las uñas son partes del cuerpo que entran en contacto constante con diversas superficies, acumulando, en consecuencia, una gran cantidad de bacterias.

Cuando una persona se muerde las uñas, todas esas bacterias se transfieren directamente a la boca, lo que eleva el riesgo de infecciones no solo en las encías, sino también en otras zonas de la cavidad oral. Esta situación puede dar lugar a problemas como gingivitis, mal aliento (halitosis) y, en casos más graves, abscesos.

Deterioro de las prótesis dentales

Para aquellos que utilizan algún tipo de prótesis dental, como carillas, coronas o puentes, el hábito de morderse las uñas puede ser especialmente perjudicial ya que la presión ejercida sobre estos elementos hace que se desgasten o, incluso, que se despeguen, requiriendo de la intervención del dentista.

Consejos para dejar de morderse las uñas y proteger la salud dental

Dejar de morderse las uñas es un desafío, especialmente para aquellos que lo han estado haciendo durante años. Sin embargo, con dedicación y algunas estrategias útiles, es posible superar este hábito tan dañino para la salud dental.

Aquí tienes algunos consejos prácticos:

  1. Mantén las uñas bien recortadas para reducir la tentación.
  2. Aplica a las mismas esmalte amargo para hacer desagradable morderlas.
  3. Mantén las manos y boca ocupadas con alternativas como juguetes antiestrés o caramelos sin azúcar.
  4. Considera la terapia cognitivo-conductual si el hábito está relacionado con la ansiedad.

Tratamientos dentales para los daños causados por la onicofagia

Los problemas dentales derivados de morderse las uñas a menudo requieren atención odontológica para restaurar la salud bucal.

Algunos de los tratamientos más comunes incluyen carillas o coronas dentales para reparar los dientes astillados o fracturados. Y también es posible que el paciente requiera tratamientos para la sensibilidad dental a fin de ayudar a aliviar el dolor causado por el desgaste del esmalte.

De igual forma, la ortodoncia es un tratamiento efectivo si el hábito ha provocado maloclusión o desplazamiento de los dientes.

Como hemos visto, morderse las uñas no solo afecta las manos, sino que puede causar serios problemas dentales, como desgaste del esmalte, fracturas, maloclusión e infecciones.

¿Sientes que tienes alguno de estos problemas? En la Clínica Dental Elena Bocage de Las Arenas, ofrecemos asesoramiento y tratamientos personalizados para proteger tu salud bucodental.