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El cuidado de la salud bucal va más allá de, simplemente, lucir una sonrisa atractiva; implica también mantener en condiciones óptimas la funcionalidad de dientes y encías a lo largo de nuestra vida.

Y dentro del campo de la odontología, existen dos enfoques principales: la odontología preventiva y la odontología restaurativa; ambos muy importantes aunque desempeñen papeles distintos.

La odontología preventiva y la restauradora no compiten entre sí; son dos pilares que trabajan juntos para preservar la salud oral. Mientras que la primera busca evitar problemas, la segunda brinda soluciones cuando estos ya están presentes.

La clave está en fomentar siempre la prevención como costumbre diaria, sin olvidar acudir al dentista cuando sea necesario realizar algún tratamiento restaurador.

Por eso, en el artículo que hemos preparado hoy para el blog de la Clínica Dental Elena Bocage de las Arenas, queremos explicarte bien en qué se diferencian ambos enfoques.

¿Qué abarca la odontología preventiva?

La odontología preventiva se refiere al conjunto de prácticas y tratamientos destinados a prevenir la aparición de problemas dentales antes de que estos se desarrollen.

Es decir, esta rama de la odontología se encarga de evitar la aparición de enfermedades bucodentales (como caries, gingivitis o periodontitis) y de mantener la boca en un estado de salud óptimo.

Su objetivo principal es, por lo tanto, conservar los dientes y encías sanos mediante la detección temprana de problemas, la educación en hábitos saludables e higiene diaria y la aplicación de medidas de protección que refuercen la salud oral.

Algunas de las medidas más destacadas de la odontología preventiva son las siguientes:

  • Mantener una higiene bucal adecuada: cepillarse a diario correctamente, utilizando también hilo dental (o cepillos interdentales) y realizar enjuagues.
  • Realizar revisiones periódicas: es recomendable visitar al dentista, al menos dos veces al año, para identificar posibles problemas a tiempo.
  • Llevar a cabo limpiezas profesionales: eliminación de placa y sarro que no pueden ser eliminados solo con el cepillado habitual.
  • Aplicar flúor y selladores: fortalecen el esmalte dental y previenen caries en áreas vulnerables.
  • Alimentación adecuada y equilibrada para cuidar la salud oral: evitar comidas y bebides excesivamente ácidas y, por supuesto, también el tabaco

El principal beneficio de la prevención es evidente ya que busca prevenir antes que curar, reduciendo la necesidad de tratamientos más complejos y costosos en el futuro.

Además, promueve hábitos que mejoran la salud en general, dado que la salud bucal está íntimamente relacionada con el bienestar del organismo.

¿Qué abarca la odontología restaurativa?

Cuando las medidas de prevención no han resultado efectivas y surgen problemas o se desarrollan enfermedades, es necesario recurrir a la odontología restaurativa.

Esta rama de la odontología se dedica a diagnosticar, tratar y devolver la forma, función y estética de los dientes que han sido dañados por caries, traumatismos, desgaste o defectos en su desarrollo.

Entre los tratamientos más comunes de la odontología restaurativa se encuentran:

  • Obturaciones (empastes): reparación de caries eliminando el tejido dañado y rellenando el diente con materiales como resina compuesta o amalgama.
  • Reconstrucciones dentales: cuando el daño es más extenso y se requiere reponer gran parte de la estructura dental.
  • Endodoncias: tratamiento necesario cuando la pulpa dental se ve afectada y es esencial preservar el diente afectado.
  • Coronas, incrustaciones y carillas: que refuerzan y/o mejoran la apariencia de dientes debilitados, muy dañados o con problemas estéticos.
  • Implantes y prótesis: para reemplazar dientes que faltan y restablecer la capacidad masticatoria (mordida).

En pocas palabras: mientras la odontología preventiva busca evitar que aparezca el problema, la odontología restaurativa se centra en reparar y restaurar lo que ya se ha dañado… aunque también actúa para evitar complicaciones mayores, como infecciones graves o la pérdida definitiva de más dientes.

Odontología preventiva y restaurativa: el equilibrio necesario

Frecuentemente se establece una comparación entre la prevención y la restauración como si fueran opciones independientes. Sin embargo, lo cierto es que ambas son complementarias.

La mejor estrategia para mantener una correcta salud bucodental es seguir una rutina preventiva que minimice la necesidad de tratamientos restaurativos. Aun así, si surgen problemas, la restauración se convierte en la alternativa más eficaz.

Un ejemplo claro de esto es la caries, ya que a través de la prevención (fluoración, cepillado y una dieta equilibrada) se puede intentar evitar. Pero si ya se ha producido, será necesario optar por un empaste o, en casos más severos, por una endodoncia.

¿Cuál es la solución más adecuada para cada paciente?

En realidad, como ya hemos visto, no se trata de escoger entre una opción u otra, sino de comprender que ambas son fundamentales y complementarias para un cuidado dental completo.

La odontología preventiva actúa como la primera barrera, mientras que la restauradora proporciona soluciones en aquellos casos en los que la prevención no ha sido suficiente.

¿Quieres que te expliquemos con más detalle las rutinas preventivas que puedes seguir para preservar tu salud bucodental? ¿Crees que has desarrollado ya alguna enfermedad como caries o periodontitis? ¿Has perdido algún diente?

Pídenos una cita hoy mismo. En la Clínica Dental Elena Bocage de las Arenas estaremos encantados de ayudarte.

 

 

 

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